martes, 31 de octubre de 2017

LA MODA DE LAS DIETAS Y COMPLEMENTOS

Hoy en día parece que el tema de la alimentación y las dietas está de moda, tristemente, porque considero que la alimentación no debería ser una moda, ni un privilegio, sino un derecho de todo ser humano y un deber para la sociedad tener conocimientos básicos sobre ella  que permitiesen llevar a cabo hábitos de vida saludable, pero como todo ello supondría la caída de gigantes económicos o el esfuerzo que tendrían que hacer para reinventarse a favor de la salud humana pues, desgraciadamente, podemos decir que la alimentación saludable es un privilegio al alcance de los pocos que pueden permitírselo o que se interesan por su propio pie en formarse o conocer aspectos importantes, poniendo en su escala de valores, en los peldaños superiores, algo tan importante como es la propia salud.
En esta línea quería narraros un hecho que le ocurrió el otro día a unos amigos:

Iban paseando tranquilamente, por la calle cuando una chica muy amable les paró y les ofreció probar unos batidos, que como ahora están tan de moda es algo que engancha a la gente. A ellos les supo mal y como están muy puestos en temas de alimentación saludable y, de vez en cuando sus batidos de frutas y verduritas se hacen, caseros, pues entraron al local a probar. Para empezar la chica les preguntó si tenían alguna intolerancia, a lo que mi amiga le respondió que a la lactosa, así pues le sirvió un sobrecito, de polvos, imagino, con el que se elaboraba el batido. Tras su cata tuvieron que abonar el importe  de los sobres que tenían que llevar a casa y, según decía la chica, si no les convencía podían pasar otro día y les devolverían el dinero. Les supo mal y se lo llevaron. Me contaba mi amiga que la tarde que pasaron no se la desean a nadie: el batido llevaba lactosa. Así pues volvieron a la tienda a recuperar su dinero, ya que no habían abierto ninguno de sus sobres. La chica no puso reparo, no sin antes explicarles que tenían opción sin lactosa -ara mare, que dicen en mi tierra- pero antes de que ellos se marchasen les insistió miles de veces que si pensaban que a alguien le podía beneficiar ese producto no dudasen en hacerle propaganda." 

Fin de la anécdota. 

Estoy harta de ver en las redes sociales que si los súperalimentos, los batidos por aquí y por allá, las recetas milagro, los complementos, las aberraciones nutricionales de ciertas celebrities, la eliminación de grasas saludables en su totalidad, la eliminación de los hidratos de carbono de todo tipo, etc....sin ir más lejos...ahora he descubierto alguna que otra dieta que trabaja con la formación nutricional del paciente pero, al mismo tiempo le obliga a comprar complementos, con lo cuál, el paciente que mejora muchísimo su nivel de salud debido al cambio de hábitos, no tiene dicha conciencia, sino que corre el peligro de pensar que todo se ha debido al uso de ciertos complementos.

Voy a ir por pasos. 

No hay dieta más saludable que aquella en la que se consumen productos locales, de temporada y frescos, en la que la mayor parte de la ingesta diaria está compuesta por fruta y verdura. A partir de aquí cada uno tiene unas particularidades que un buen profesional debe analizar con un estudio completo del paciente desde el mismo momento de su nacimiento con entrevistas completas que tengan en cuenta todas y cada una de las patologías que se han padecido y su evolución, así como el ambiente en el que se vive, la genética familiar, el estrés, el deporte, etc. Así pues no podemos decir que tomar batidos de fruta y verdura todos los días sea igual de saludable para todo el mundo porque dependerá del tipo de organismo: si tu intestino es de energía fría y tomas batidos no te sentirás igual de bien que si tomas cosas calientes y viceversa. Esto, por lo general, de manera natural lo vamos haciendo, porque hay gente a la que no le sientan bien las cosas calientes y gente que, por el contrario no le sientan bien las cosas frías, aunque a veces es difícil de detectar y se cometen "errores" inconscientes que pueden subsanarse con un estudio completo.

El tema de los súperalimentos es otro de los puntos que requiere mi atención. Hoy en día se han puesto de moda muchos súperalimentos, que son alimentos con propiedades beneficiosas para el organismo, como tantos otros productos que tenemos al lado de nuestras casas y no son tildados de tal, como podría ser el ajo, la cebolla, el orégano, etc. Estos súperalimentos proceden en muchos casos de países lejanos, con lo que para poder consumirlos aquí han tenido que viajar miles de kilómetros con todo lo que ello supone. Sus propiedades son beneficiosas, pero aquí tenemos muchos otros productos que también lo son y no es necesario consumir dichos súperalimentos para obtener los efectos deseados. Si una persona lleva una dieta saludable, rica en verduras locales de temporada y ecológicas, frutas, frutos secos, semillas, cereales INTEGRALES, legumbres, especias y hierbas y, si se quiere, huevos ecológicos, pescado salvaje de temporada y algo de carne siempre ecológica, con esporádico consumo de dulces y procesados, no necesita más súperalimentos. Si te quieres hacer un batido, háztelo, pero no necesitamos añadir súperalimentos para obtener todos sus beneficios y propiedades. Simplemente hay que tener en cuenta nuestra propia situación y adaptarlo a nuestras necesidades para no forzar nuestro sistema inadecuadamente.

Por otro lado, los hidratos de carbono son necesarios para la vida. Si no se consumen hidratos de carbono suficientes el organismo pasa a transformarlas grasas primero y las proteínas después en hidratos, suponiendo una pérdida de masa muscular y otros peligros tales como la falta de disponibilidad de proteínas para reparar tejidos, producir células, formar estructuras, entre otras. Así pues hay que consumir hidratos, pero de calidad: el que encontramos en frutas, verduras, legumbres, cereales integrales (nunca refinados a no ser que tengas el sistema digestivo débil y te encuentres en proceso de recuperación). Claro está, los hidratos obtenidos de productos industriales, bebidas refrescantes, bollería, cereales de desayuno, zumos, cacao soluble para el desayuno, batidos industriales, salsas, chocolates con leche y azucarados, platos precocinados no son los mejores para favorecer un buen estado de salud.


La eliminación de las grasas saludables de la dieta es una auténtica aberración. No entiendo esas dietas que siguen personajes famosos donde están completamente prohibidos los frutos secos crudos y sin salar, las semillas o los aguacates y aceites de calidad. En cambio se potencia el consumo de grasas de origen animal y proteína animal a diario. La grasa es imprescindible para el buen funcionamiento del organismo (ya hablaremos de ellos en otro post), pero ésta debe ser de calidad y, a día de hoy, mucha población no tiene claro que existen unas grasas buenas e imprescindibles y se vuelca en dietas pobres en ellas donde la tónica son ensaladas, hervidos (con verdura demasiado hervida que ha perdido sus vitaminas y minerales), arroz blanco y pechuga de pollo asada o pescado a la plancha.

Y ya por último, en contra de estas dietas que ofrecen mejorar la salud con ayuda de complementos, añadir que no necesitamos ningún complemento para mejorar nuestra salud. Actuar de este modo supone que el paciente no va a tener el control de su propio proceso y corre el peligro de confiar en el trabajo del complemento, con lo que, en caso de volver a recaer en el futuro, recurrirá al mismo complemento. El mismo trabajo que realizan en estos proyectos, el cuál es muy loable y de agradecer, pues están formando a personas en conocimiento de salud y alimentación, puede hacerse igual, pero sin la necesidad de hacer gastar el dinero en un producto que es completamente innecesario. Lo que sí es necesario es que la persona se conozca a si misma, que analice su situación, sus dificultades con respecto a la alimentación, cómo se siente en cada paso, que se siente capaz de hacer y qué no, que exista una evaluación de los pasos dados junto a una correcta formación y una escucha activa del orientador hacia su paciente. Todo ello, poco a poco, llevará a la persona hacia unos cambios de hábitos, le van a empoderar haciéndole responsable de dichos cambios y de los avances que vaya consiguiendo. Así pues, no os dejéis encandilar por sistemas rápidos que intentan vender productos completamente innecesarios. Interesaros por el tema de la alimentación, preguntad, leed, cuestionad, vivid en vuestro propio organismo y si lo necesitáis, buscad alguien que os oriente y un buen profesional que os haga un análisis completo para ver vuestras carencias, vuestro sistema, vuestras particularidades, lo que es bueno para vosotros y lo que no.

Dicho queda.


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