viernes, 31 de mayo de 2019

LAS FRESAS

Las fresas son una de mis frutas preferidas. antes deseaba que llegase el mes de Marzo o finales de Febrero para poder empezar a disfrutar de ellas pero desde que enfermé y cambié mis hábitos, no solo transformé mi alimentación, sino mi conciencia de qué es lo que como, lo que comía y las condiciones en las que se produce. Cómo ello afectaba a mi salud y a las condiciones de vida de muchas personas y del medio ambiente.

Las fresas y fresones son una de las frutas más contaminadas con pesticidas por el hecho de que su piel es muy fina, y el producto se consume por entero. Su cultivo es bastante delicado y para tener una buena producción y beneficios es necesario utilizar estos productos así como químicos de engorde que dan como resultado un producto grande, llamativo pero que tiene un contenido en agua mucho mayor, haciendo que la fresa pierda gran parte de su sabor.

Desarrollé alergia a las fresas, pero debo decir que a día de hoy las como sin ningún síntoma. Antes se me hinchaba la lengua y el labio. ¿A qué tenía alergia, a la fresa en sí o a los químicos utilizados? No tengo respuesta para ello.

El caso es que empecé a preocuparme por el proceso de producción de los alimentos y el de las fresas me llamó mucho la atención. Cuando de verdad aprendes que las fresas no aparecen en Febrero-Marzo, sino en Mayo y cuando puedes distinguir la diferencia de color y sabor así como las diferencias en el proceso productivo entre las fresas de producción intensiva y las fresas silvestres que puedes consumir muy pocos días al año encontrándolas en algunos productores ecológicos, ya no deseas formar parte ni consentir las injusticias sociales que van detrás de un producto tan consumido como la fresa. Lo mismo me ocurre con muchos otros alimentos, pero hoy quería compartiros una imagen y unos vídeos publicados en un conocido canal de televisión al respecto.

Si después de verlos quieres seguir contribuyendo a dicho sistema, será muy respetable, pero me encantaría que todos y todas tomásemos conciencia de que detrás de nuestras compras hay unas consecuencias y de que si nos apetece y queremos, cambiar las cosas está en nuestras manos, porque los consumidores y consumidoras somos nosotr@s.



En la imagen puedes ver fresas de producción intensiva, ecológicas, por cierto y fresas silvestres. Nada que ver unas con las otras.

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