domingo, 23 de diciembre de 2018

INCOHERENCIAS EN EL DEPORTE

Hoy quería reflexionar sobre un punto que preocupa a aquellas personas que trabajan incansablemente por educar a la población, especialmente a las generaciones futuras, en unos hábitos de vida saludables.

El deporte y el ejercicio físico son imprescindibles para tener una buena salud, reducir las probabilidades de desarrollar cualquier enfermedad, alargar nuestra vida con buena calidad, mantenernos ágiles, permitirnos recuperarnos mucho antes y con éxito de ciertas patologías y tener una buena salud mental.

Hoy en día existen multitud de actividades físicas y deportivas que podemos practicar. 

Centrándonos en l@s más pequeñ@s, muchas familias practican deporte con sus hijos e hijas, acuden a algún club deportivo o equipo con la finalidad de enseñar el valor del ejercicio físico, de transmitirles  la responsabilidad, la capacidad de superación, disciplina y un espacio de relación social, pero en muchas ocasiones se pasan por alto ciertas actitudes y decisiones que transmiten mensajes opuestos que van a marcar, sin duda, las elecciones y actitudes de niños y niñas.

No puedo llegar a comprender cómo un equipo de niños y niñas a los que se les enseña la importancia del ejercicio físico, acabe llevándoles como premio a comer a cierta cadena de hamburguesas o, al acabar el partido, regale un paquete de chucherías. Eso no es educar en salud. 
Tan solo es necesario dar un click a la web de estas cadenas y leer los ingredientes de sus productos. Seguramente la mayoría de personas será incapaz de identificar qué son o cómo afectan a nuestra salud. Mala señal. 

Confiamos en que aquello que está permitido, por ley, utilizar en alimentación es seguro, pero se nos olvida que los estudios de seguridad tienen en cuenta los ingredientes de manera aislada y no en su conjunto. Tampoco se observa la calidad del producto pero lo que sí es palpable a día de hoy, es el crecimiento bestial que han tenido las enfermedades como el cáncer, la diabetes, las enfermedades autoinmunes y el crecimiento de casos de enfermedades raras.

Señores, señoras, nos estamos envenenando y lo que es peor, estamos envenenando a nuestros hijos. Sí, así de duro. Porque aunque el resultado o las consecuencias no se vean instantáneamente, podremos verlos en 10-15 o 20 años.

Y me vuelvo a repetir: no pasa nada  por ir un día, por darse el capricho de forma ocasional, pero no tomamos consciencia de que no es solo eso...es eso..la pizza, el dulce de postre, la natilla, el yogurt, el chocolate, la chuche, la galleta, el cereal del desayuno, el cacao soluble, el queso de mala calidad, los embutidos, las carnes de producción intensiva, el falso pan, los refrescos, las salsas, las verduras congeladas (algunas), los precocinados, preparados, la bollería industrial, las harinas refinadas, etc. etc. etc.

Estoy cansada de verlo a diario. Personas a mi alrededor pensando que comen saludablemente y sin ser conscientes de qué están comiendo o de hasta qué punto cierta elección daña su salud...el problema es que no se ve, no se palpa y cuando se empieza a notar puede que ya sea demasiado tarde.

Por ello es imprescindible empezar a educar a la población y mucho más a las generaciones futuras, porque si ya desde pequeños les inculcamos ciertos hábitos asociados a situaciones placenteras que van a demandar cada vez más, en un mundo lleno de estrés y aceleración constante, su salud se va a ver comprometida mucho antes de lo que pensamos.

La salud no está en manos del azar. 

HAZTE RESPONSABLE DE TU SALUD. HAZLES RESPONSABLES.

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