martes, 8 de octubre de 2019

CUÁNTA CARNE CONSUMES, DE QUÉ CALIDAD Y CÓMO AFECTA A TU SALUD.

Hola seguidores/as:

Hace unos días estuve paseando por la feria de Biocultura y como en cada edición, Justicia Alimentaria mostraba una campaña de concienciación a la población sobre el consumo de ciertos alimentos o productos. Si en la edición pasada la campaña giraba en torno al consumo de azúcar con "Dame veneno", este año hemos podido ver "Carne de cañón".

Su exposición, como podréis ver en las imágenes, giraba en torno al consumo de carne, el tipo de carne que  ingerimos, su procedencia y, por tanto, su calidad, así como los aditivos y grasas saturadas que contiene. También hacía referencia a los estudios científicos respecto al impacto de un consumo excesivo en nuestra salud.

Hoy en día consumimos carne en exceso y su calidad es pésima, por lo que este hábito está detrás de muchas patologías y enfermedades. Además estamos acostumbrados a comer la carne (u otra proteína) como alimento principal y acompañarlo de una guarnición, que en el mejor de los casos es verdura.

La carne tiene demostrados efectos inflamatorios en el organismo y altera, negativamente, la flora intestinal, por lo que para evitar y disminuir dichos efectos es imprescindible consumirla en mucha menor cantidad que la guarnición, que siempre debe ser verduras (la patata cuenta como un hidrato, no como verdura). De este modo, si vas a consumir carne, tu plato debería constar de un 50-75% de verduras y un 25% de carne. Las verduras tienen minerales y antioxidantes que restarán el efecto negativo de la carne en tu salud, disminuyendo la inflamación y aportando alimento a las bacterias intestinales. 
Aún con todo, si no estás embarazada o en etapa de crecimiento, el consumo de carne no debería ir más allá de una o dos veces por semana, priorizando siempre la carne blanca.

Antes yo consumía carne mucho más a menudo, era carne de mala calidad, pero cuando enfermé reduje su consumo drásticamente, ya que el médico me invitó a ello y me recomendó que consumiera carne de primera calidad, es decir, de animales alimentados con pastos, de producción ecológica. Su precio es mucho más elevado, así que ello me ayudó a reducirla y, a día de hoy, la consumo tan solo una vez por semana. Y siempre de primera calidad. Si no puedo consumirla así, evito hacerlo. 

Existe también mucha controversia entorno a la necesidad de consumir carne para tener el correcto aporte de proteínas, pero si investigáis un poco, veréis que se puede alcanzar perfectamente el consumo de proteínas recomendado con una alimentación equilibrada que contenga legumbres, cereales INTEGRALES, pescado, huevos, semillas y frutos secos.

Veo a diario niños y niñas que traen para almorzar en el colegio bocadillos de carne procesada: chorizo, salchichón, jamón, sobrasada, paté. Como veréis en las imágenes este tipo de carne deberíamos consumirlo de manera esporádica, es decir, en ocasiones especiales, dado que parece estar demostrado científicamente su influencia en el desarrollo de ciertos cánceres, así como en las enfermedades inflamatorias que conllevan el desarrollo de enfermedades autoinmunes.

Os dejo con las imágenes.



  En color negro la proporción que deberíamos consumir. 
En color rosa lo que realmente consume la media de la población.
En el círculo rosa, cuántas veces más de lo recomendado se consume de media.





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