domingo, 7 de octubre de 2018

MI HISTORIA. PARTE 2

El otro día compartía un post acerca de los remedios para los dolores menstruales y os comentaba que mis dolores habían vuelto desde hace seis meses.

Cuando terminé el tratamiento en la clínica Cotino todo estaba perfecto, pero los niveles de IgE seguían aumentando y no sabíamos a qué se debía. Me lo estuve controlando con analíticas. En teoría había algo que me estaba provocando alergia constantemente pero no había forma de saber qué era, con lo que mi sistema estaba alerta todo el tiempo.

Poco a poco volví a sentirme cansada, aún manteniendo la misma alimentación y hábitos y volvieron los dolores de regla, yendo cada mes a más intensidad. Yo nada más notarlos ya sabía que algo no funcionaba bien y que había que ponerle remedio, porque como ya os dije, tener dolores no es normal, sino que es un indicativo de que algo en tu organismo no está funcionando bien y no se soluciona tomando anticonceptivos o antiinflamatorios, ya que así agravas el problema y pueden surgir complicaciones muy graves.
La medicina convencional me decía que todo estaba bien, que no tenía ningún problema y que estuviese tranquila, que serían nervios. Pero yo me sentía cada vez peor.

Así pues, como estaba siguiendo los trabajos del equipo de Xevi Verdaguer, decidí llamar y probar. Me dieron cita para el mes de Julio. Tuve que desplazarme hasta San Cugat, pero me sirvió para hacer turismo y descubrir lo avanzados que van allí en temas de nutrición, ecologismo y conciencia social. Había cooperativas de consumo y tiendas eco por todas partes.

Me atendió la Dra Esther Perarnau y quedé mucho más que contenta. Ella sospechaba que mi hígado podía no estar funcionando bien en algunas de sus fases, pero sobre todo creía que tenía bacterias o parásitos intestinales que estaban provocando la inflamación y que no dejaban eliminar correctamente los estrógenos que el hígado había metabolizado, con lo que volvían a reabsorverse en el sistema , provocando un exceso que daba lugar a los dolores y al quiste benigno que me salió en el pecho. Al mismo tiempo volvía a tener la histamina alta, ya que las comidas me sentaban mal de nuevo y se me hinchaba el vientre sobremanera.

Me explicó que haríamos una analítica completa de sangre y otra de heces, donde veríamos el funcionamiento del hígado, las hormonas, el intestino y un estudio genético del gluten y de marcadores carcinogénicos, así como todas las vitaminas y minerales.

Dichas analíticas no me las cubría la SS porque según mis médicos yo estaba perfecta, así que tuve que desembolsar una importante cantidad de dinero porque yo sabía que eso no era cierto.

Investigué en diferentes laboratorios y me di cuenta que cada uno puede inflar el presupuesto como le de la gana, llegando a pedirme 1200€ por una analítica de sangre, de la que finalmente pagué 550€. Inmoral aquellos que se aprovechan de estas cosas. En fin.

Los resultados de ambas pruebas tardaron un mes en llegar y mientras tanto yo estaba cada vez peor. He pasado un verano muy cansada, sin energías, con falta de concentración y mucho malestar gastrointestinal, de manera que empezó el curso escolar y yo debía estar al frente de la clase con cero energías. ha sido realmente duro, puesto que mi día a día era trabajar y tumbarme, dedicando el fin de semana a estar tumbada para poder ir a trabajar de nuevo el Lunes.

Cuando tuve los resultados y la doctora me dio cita, esta vez telefónica para no tener que desplazarme, vimos que tenía carencia de muchas vitaminas:  B6, B12, C, D3, Zinc, niveles bajos de magnesio y todo ello debido a que el intestino está inflamado por la presencia de 3 parásitos y por la bacteria Helicobacter Pylori. Así pues, eliminados estos los déficits deben desaparecer.

Finalmente, he tenido que tomar antibiótico para ello y suplementarme para el déficit, ya que no podía seguir el ritmo del trabajo sin ello.

Hoy, una semana y media después de empezar el tratamiento, puedo decir que he recuperado parte de mis energías y empiezo a hacer vida normal. Sigo observando mis cambios.

En cuanto a las recomendaciones nutricionales han sido las mismas que me dieron en la clínica del Dr Cotino, con apoyo de las investigaciones científicas: eliminar el gluten al máximo, azúcares y edulcorantes, refinados, bollería, disminuir el consumo de pan y levaduras, eliminar el cerdo, soja y derivados y lácteos y derivados.
Consumir cereal integral sin gluten, en mi caso al 100% puesto que el estudio genético reveló una intolerancia familiar al mismo, al 90% en una persona que no padezca la intolerancia; legumbres; verduras cocinadas por el momento; frutas no más de dos piezas al día; frutos secos; semillas; huevos, carne blanca y pescado pequeño y siempre ecológicos.

Una vez más he tenido que acudir a la medicina integrativa de pago para solventar un problema que la medicina convencional podría haber solventado con una simple analítica y estudiando al paciente íntegramente.

Es muy importante saber escucharse y aprender a interpretar los síntomas, puesto que medicándonos para taparlos no conseguiremos curarnos, sino esconder y empeorar la situación con el paso del tiempo.


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