Hace unos días leía un artículo acerca de unas hamburguesas de laboratorio, de carne, aptas para veganos. El artículo explicaba que unos investigadores han conseguido crear carne en un laboratorio a partir de células madre de animales extraídas de modo respetuoso con estos, sin dolor y sin causar la muerte. Defendían que ésta es una solución muy apetitosa para toda la población vegana, ya que podría consumir carne sin matar animales y explicaban que este es el motivo principal de cambio de una alimentación omnívora o vegetariana a vegana.
El artículo en cuestión me hizo reflexionar sobre varios hechos. El primero de ellos es la falta de información que existe en torno a las dietas veganas. Debo remarcar, antes de seguir, que yo sigo una dieta vegetariana flexible, es decir, consumo mayoritariamente verduras, frutas, semillas, frutos secos, cereales integrales y legumbres, todo ello completado con el consumo de huevos, pescado y un poco de carne, por tanto no soy vegana. Muchas personas deciden hacerse veganas por salud y no solo por el hecho del respeto a los animales, pues muchos estudios llevados a cabo a lo largo de los años han demostrado que disminuir el consumo de proteína de origen animal, especialmente de carne - y dentro de ésta carne roja y embutidos- es beneficioso para la salud.
El segundo es que, si nos fijamos, en las ecotiendas, pero sobretodo en supermercados ecológicos, podemos encontrar una gran variedad de productos sustitutivos que intentan imitar los productos cárnicos tales como hamburguesas, filetes, albóndigas, etc. Existe también mucho desconocimiento entorno a estos productos, ya que, por el simple hecho de venderse en ecotiendas sus consumidores se sienten tranquilos pensando que lo que toman es completamente saludable, pero, en muchas ocasiones, no hay nada más lejos de la realidad, pues si analizamos bien las etiquetas, encontraremos ingredientes poco saludables y naturales que van a influir negativamente en nuestro bienestar del mismo modo que podrían hacerlo otros productos cárnicos similares. Así pues no creo que inventar sustitutos prefabricados que se vendan en ecotiendas sea la solución adecuada para que el consumidor esté llevando realmente una dieta saludable. No todo lo que se vende en ecotiendas es saludable, de ahí la importancia de leer el etiquetado y estar bien informados.
Por último, este artículo me lleva a pensar que el ser humano, cuando elimina algo de su vida, en este caso un alimento, o lo reduce, busca sustitutos para seguir encontrando placer y satisfacción, ya sea engañando al paladar, a la vista u olfato de modo que las respuestas cerebrales obtenidas sean las mismas y nos sintamos a gusto. Pero, si nos detenemos a reflexionar, el hecho de buscar un sustituto implica una necesidad de tener que consumir un determinado producto para sentirnos bien, lo cual puede deberse a una simple rutina que no se ha roto por desconocimiento o por dificultad para romperla lo que significaría que podría estar escondiendo una necesidad emocional no satisfecha que, en caso de no ser resuelta, va a continuar tomando las riendas de nuestro día a día, nuestras decisiones y nuestro modo de enfrentarnos a cada situación.
Así pues, ¿por qué en lugar de buscar sustitutos como estas hamburguesas de carne de laboratorio o los filetes vegetales, hamburguesas o albóndigas prefabricados que, quién sabe los efectos que tendrán en nuestra salud a largo plazo -puesto que en la mayoría de casos se necesitan estudios de décadas para comprobarlo- no miramos hacia dentro y analizamos el por qué busco estos sustitutos y trato de buscar soluciones a mis carencias físicas o emocionales.
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