domingo, 8 de septiembre de 2019

TESTIMONIO AYUNO INTERMITENTE PARTE II

Hace unas semanas os hablaba del ayuno intermitente que había empezado a poner en práctica. Estaba en período vacacional y no sabía muy bien cómo iba a responder cuando iniciase mis actividades laborales, así como la rutina de ejercicios diaria.

Hoy quiero compartir mis vivencias respecto a este tema, una vez iniciado el período laboral, así como los cambios que sigo observando tras un mes y medio de practicar el ayuno casi a diario.

Cuando trabajo me levanto cada día a las 6 de la mañana para practicar ejercicio diariamente, ya que esto me aporta muchos beneficios, tanto a nivel físico como mental. Practico ejercicio en ayunas. Algunas personas te dirán que es una locura, pero, sinceramente y después de investigar mucho y escuchar a mi cuerpo, practicar deporte en ayunas contribuye a una mayor quema de grasa y a acelerar el metabolismo. Siempre y cuando no vayamos a practicar un deporte que requiera un gran esfuerzo físico. Así, por poneros un ejemplo, podemos practicar ejercicios de HITT, tabata, cardio, caminar, correr, kick boxing, natación, etc. Yo lo he estado practicando a diario durante unos 40-45' en ayunas y a lo largo de casi dos años, me he sentido mucho mejor, con más energía y buen humor para encarar la jornada laboral. Ahora mismo he cambiado mi rutina, porque mi mente me lo pedía y me levanto para practicar unos 40' de yoga, siguiendo de una meditación de unos 15'. El ejercicio ya no es tan intenso cardiovascularmente hablando, pero sí muscularmente y siento como he mejorado mi flexibildad, equilibrio, concentración y paz interior. Pero de esto hablaré en otro post.

El caso es que intento cenar temprano, sobre las 20:00 y siempre ligero: una crema de verduras, unas verduras al vapor o algo similar. Después, al día siguiente, realizo mi práctica de ejercicio y antes de salir de casa tomo una infusión. Preparo mi almuerzo, que suele ser fruta con frutos secos, algún batido verde en termo o una rodaja de pan con algún paté vegetal. Por trabajo, estos días no he podido tomar ese almuerzo que preparaba y, sorprendentemente, no he sentido hambre en toda la mañana hasta las 13:00-14:00h. Incluso un par de días, por trabajo, no he podido comer hasta las 17:00 y no he sentido flojera ni un hambre voraz. 

Con esto me he dado cuenta que la práctica del ayuno intermitente ha disminuido enormemente la sensación de hambre. Como ya dije, he aprendido a distinguir la sensación del hambre real del hambre emocional o de "voy a comer porque toca, porque me tengo que ir a trabajar". Ahora como cuando tengo hambre de verdad. 

Por otro lado, antes tenía mucho miedo de las hipoglucemias, pues cuando enfermé, era algo que me pasaba casi a diario y tenía que estar comiendo constantemente y llevar comida siempre encima. Ahora hace muchísimo tiempo que no me ocurre, con lo que el ayuno ha regulado mi sistema endocrino mejorando el control de la insulina y evitando los picos de glucosa en sangre.

También quiero destacar que, progresivamente, al tomar conciencia del hambre real, las raciones que pongo en mis platos se han ido reduciendo considerablemente y estoy comiendo sin ansiedad, sin pensar en qué más puedo comer, sino simplemente disfrutando de lo que hay en el plato.

Y por último, también ha desaparecido el antojo de tomar algunos alimentos como el chocolate.

No quiero terminar el post sin destacar los cambios a nivel físico y mental: mi vientre se ha deshinchado considerablemente, siento menor inflamación, descanso mucho mejor y, como ya comentaba en el post anterior, tengo mejor humor y más energía. Mi mente está mucho más centrada.

Así pues, os animo a probar esta práctica tan saludable. Al principio puede pareceros imposible o que no vais a ser capaces de ello. Cuando mi médico me explicaba que él solo hacía una comida al día pensaba que eso era imposible, pero ahora comprendo que es totalmente posible y que no se pasa hambre. El organismo se regula, se adapta y se aprende a comer según la necesidad. Pero para ello es necesario parar, escucharle, experimentar la sensación de hambre para identificarla. Y todo ello solo es posible si nos damos la oportunidad de conocernos mejor. Verás que poco a poco no es tanto como parece y que tú sí eres capaz de hacerlo, beneficiándote de sus efectos positivos en la salud.


Os dejo con un enlace a un vídeo donde podéis encontrar más información. Aunque hay muchísimos, a mi este me parece interesante.

No hay comentarios:

Publicar un comentario