domingo, 25 de marzo de 2018

HAZTE VISIBLE

Quería compartir con vosotr@s una reflexión que me ronda hace bastante tiempo. 

Aquellos que hemos decidido cuidar nuestra salud y mimar nuestra alimentación, aquellos que tenemos alguna intolerancia o alergia, cuando nos movemos en ambientes sociales donde la comida está presente, sufrimos una fuerte exclusión. No se nos tiene en cuenta y, en muchos casos, no podemos probar bocado de lo que allí se comparte. Cumpleaños, fiestas, picoteos, bodas, etc. Son muchas las situaciones a las que te enfrentas y te quedas con una cara de tont@ cuando tod@s , o casi tod@s pueden compartir ese acto social y tu te ves excluid@. Más aún cuando, asertivamente, expresas tu situación y siguen sin tenerte en cuenta. 

Aún con todo, en algunas ocasiones me he encontrado con gente que sí nos tiene en cuenta y acoge toda la diversidad, poniéndose en el lugar del otro y tratando de hacerle sentir bien, contando con ell@s. Son ejemplos de ello algún centro educativo en el que he trabajado con anterioridad, unas jornadas educativas organizadas por Akoe, en las cuales, tras una encuesta realizada a los participantes anteriormente, en las presentes incluyeron en su tentempié productos sin gluten.


Hace un par de semanas en un evento fallero, mi primo cocinó para varias personas intolerantes al gluten un plato exclusivo para ellas. Una semana después, una amiga organizó una fiesta de cumpleaños en la que, a pesar de ser yo la única intolerante, había opciones para mi, de modo que pude participar. Y ayer, sin ir más lejos, fui a la primera boda en la que nos trataron como a uno más, nos sirvieron exactamente los mismos platos, con la misma presentación, igual de jugosos pero con la adaptación necesaria acorde a nuestras intolerancias, incluido el pan. ( en otras ocasiones nos ha servido otras cosas, más secas o sosas).Pudimos disfrutar del cóctel de bienvenida como un@ más.
Un amigo, que vive la misma situación que yo, me contaba cómo sus amig@s, cuando se juntan para cenar o celebrar fiestas, siempre encuentra para él y otras personas, una mesa exclusiva con alimentos que pueden tomar.
Y es que cuesta tan poco tener en cuenta a tod@s. Tan solo hay que ponerse en su lugar y pensar si nos gustaría que nos trataran así.
Me siento profundamente agradecida a todas estas personas que han hecho el esfuerzo, le han puesto la ilusión, el tiempo, las ideas y que, con todo su corazón, han hecho que, después de dos años, me sienta como una más.
Y vosotr@s, ¿habéis experimentado alguna vez estas situaciones de exclusión? ¿Observáis cambios en el entorno social?

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