Repasando algunos escritos me doy cuenta que en muchos de ellos hablo de inflamación orgánica o intestinal y, probablemente, como me pasaba a mi, no sepamos muy bien qué quiere decir esto. También es cierto que si investigas un poco entre algunos autores científicos no lo explican porque dan por hecho que la persona que lo lee sabe lo que es o si lo hacen se sirven de vocabulario y expresiones muy científicas que dificultan su comprensión. Así pues, hoy quería hacer una aclaración en este sentido para ayudar a comprender en qué consiste, teniendo en cuenta que la definición que voy a dar no es exacta, ni científica ni nada de todo ello, sino simplemente mi interpretación a lo que me explicaron en su día los diferentes profesionales que me trataron, por si, de este modo, le sirve a alguien para entender mejor a lo que me refiero en otros escritos.
Cuando hablamos de inflamación todos podemos imaginarnos una rodilla o pierna amoratada por algún golpe, un chichón o una garganta dolorida, pero la inflamación va mucho más allá y está presente en cualquier tipo de dolor (cabeza, articulación, ovarios, espalda, muscular, etc.) y, también, de forma silenciosa, a nivel orgánico, dentro de nuestro sistema digestivo.
¿Por qué se produce una inflamación a nivel orgánico?
Según los científicos, parece ser que cuando llevamos una alimentación incorrecta donde hay exceso de proteínas animales y, además, de mala calidad, cereales refinados, excesivo consumo de gluten, azúcar y edulcorantes, lácteos y derivados, embutidos (el jamón serrano también lo es, por si hay alguna duda), alcohol, excesivo consumo de café, y poco aporte de cereales integrales, legumbres, verduras (que deberían constituir el 80% de nuestros platos), frutas, frutos secos y semillas, unido al estrés del ritmo diario, la mala gestión emocional, la calidad de nuestras relaciones sociales, la contaminación, el contacto con sustancias tóxicas en el medio que nos rodea, la falta de sueño de calidad, comidas copiosas y cenas abundantes, así como escaso ejercicio físico, se produce un efecto inflamatorio a nivel intestinal. Todos estos hábitos de vida no adecuados merman la flora intestinal, haciendo que crezcan en número las bacterias patológicas y dejando menos espacio para las beneficiosas. El intestino reacciona defendiéndose ante dichos ataques con una inflamación que es respondida con la puesta en marcha de los glóbulos blancos (anticuerpos) que van a contribuir a la defensa de dicho "ataque". Si constantemente nuestro sistema inmune está trabajando en exceso es probable que desarrollemos una patología del sistema autoinmune. Pero todo esto es mucho más complejo, a parte de que, seguramente, no lo estoy explicando como debiera ser, pero más o menos nos ayuda a entender de forma muy simple. Además, tener una flora desequilibrada, como ya expliqué en otros posts que podéis revisar siempre que queráis, hace que la pared intestinal se vuelva porosa y pasen al torrente sanguíneo sustancias nocivas que provocan inflamación en el resto de órganos. De nuevo las defensas entran en marcha para que todo vuelva a la normalidad, necesitando para el buen funcionamiento reequilibrar numerosas reacciones bioquímicas utilizando minerales, vitaminas, enzimas, aminoácidos, ácidos grasos y un sinfín de sustancias que ingerimos con los alimentos. Pero ocurre que con la mala alimentación o bien no ingerimos todo lo necesario o si lo hacemos, en muchos casos, no hay biodisponibilidad para que el organismo pueda hacer uso de ello. Así, poco a poco, con el tiempo, si bien al principio el cuerpo va subsanando y parcheando los déficits y errores equilibrando el organismo como buenamente puede, este trabajo extra y sobreesfuerzo acaba por pasar factura y puede dar lugar a numerosas enfermedades y patologías, de las cuales, palabras de profesionales de la salud, el 90% son evitables con unos buenos hábitos de alimentación.
Podemos evitarnos muchos malestares, sustos y dolencias, ganando en energía, buen humor, salud física, emocional y mental con tan solo acudir a un buen profesional, hacernos un estudio de nuestra situación y adaptar la alimentación, que no debemos confundir con hacer dieta, ya que nada tiene que ver (otro día hablaremos del error de las dietas).
A día de hoy, casi la totalidad de las personas padecen algún tipo de inflamación, ya que hemos olvidado cómo comer de forma saludable o, simplemente, nadie nos lo ha enseñado. Pero aprender a hacerlo es primordial si queremos conservar nuestra salud.
hola buenas tardes!!!
ResponderEliminarme gustaria hablar contigo ya que tengo unas dudas y creo q me puedes ayudar ..soy de valencia....mi correo es fosatys@hotmail.com
muchas gracias