sábado, 2 de abril de 2016

DIETA VARIADA Y EQUILIBRADA

Estamos tan acostumbrados a escuchar estas tres palabras juntas pero nunca nadie nos ha explicado en qué consiste exactamente una dieta variada y equilibrada. En nuestra cultura hemos aprendido que comer sano consiste en un menú diario que, en muchas ocasiones, consta de dos platos, acompañados de ensalada y postre o café-infusión. Mezclamos sin ton ni son todo tipo de alimentos: cereales con carne, cereales con cereales, legumbres con carne, legumbres con cereales, pasta con carne y verduras, harinas, entre otras muchas combinaciones, sin tener en cuenta cómo influye cada uno de los alimentos por separado y en conjunto en nuestra alimentación. Podemos aprender un poco más sobre este tema en el libro que ya os he citado en alguna que otra ocasión de Carlos Lacomba "100 sugerencias para ser más feliz". Este tipo de dieta en la que, prácticamente, casi todos los días mezclamos cereales, con proteína animal y vegetal deja poco espacio a la verdadera dieta variada y equilibrada. Nos encontramos en muchas ocasiones personas que comen muchísimo y sin embargo tienen carencias nutricionales de algún tipo y es que, por más cantidad de alimentos que tomemos a lo largo del día, no vamos a estar mejor nutridos. Ese era mi caso hasta hace unos meses, comía de todo pero tenía múltiples carencias que hicieron que mi organismo fuese oxidándose poco a poco y silenciosamente.
 
Es difícil saber con exactitud cuál es la dieta más adecuada para cada uno, más todavía con la cantidad de información que está a nuestro alcance a través de las nuevas tecnologías. Dicha información, en muchas ocasiones deja de ser cierta o está basada en rumores. Por otro lado, centrándonos en los estudios científicos, no existe unanimidad en torno a las conclusiones acerca de los beneficios y perjuicios que tiene el consumo de determinados alimentos en nuestro organismo: la leche, el azúcar, el mijo, la quinoa, etc. Yo no soy médico ni nutricionista, pero sí se los cambios que mi organismo ha experimentado en 5 meses al eliminar ciertos nutrientes e introducir otros, así como los beneficios que he obtenido de realizar una dieta realmente variada y equilibrada, combinando los alimentos adecuadamente.
 
Pongamos un ejemplo: imaginemos que todos los días comemos media tableta de chocolate o que todos los días nos comemos dos longanizas o un bistec de ternera, embutido, arroz, pasta...seguramente nuestro organismo acabaría resintiéndose, aborreceríamos dichos alimentos, el cuerpo se saturaría y dejarían de sentarnos bien, el hígado tendría que trabajar más duro (en el caso de ingerir demasiados hidratos de carbono). En definitiva, nos estaríamos haciendo un flaco favor a nivel orgánico y funcional, lo que repercutiría en nuestro estado de salud físico y mental.
 
Para mi, una dieta variada y equilibrada es aquella en la que, a lo largo de una semana puedo comer cada día un alimento diferente (como plato principal), tratando de evitar la repetición en la medida de lo posible. Mi dieta variada y equilibrada respeta las 5 ingestas diarias adaptándose, cada una de ellas, a mi ritmo de actividades. De este modo mi dieta consiste en:
 
- Desayuno: primera comida del día. Suelo hacerlo bastante fuerte para recargar energías y poder hacer frente a mi trabajo durante la mañana. Voy variando con diferentes tipos de leche vegetal (arroz, quinoa, mijo). Cada uno puede tomar la que mejor se adapte a sus necesidades. No le añado azúcar ni otros endulzantes, pues estas leches ya son dulces de por si (las analizaremos en otra entrada). Suelo acompañar la leche con una buena cantidad de un mismo cereal, sin mezclarlo con otros (mijo, arroz, trigo sarraceno, quinoa, maíz). Más adelante también analizaremos los diferentes tipos de cereales que pueden encontrarse en el mercado. Este desayuno lo alterno con tostadas de pan de trigo sarraceno (sin gluten) y aguacate o con crepes (de arroz, de trigo sarraceno, de maíz, de quinoa, de mijo, etc.) también con aguacate. En ocasiones especiales, en lugar de aguacate puedo ponerme alguna loncha de pavo o jamón serrano ecológicos, sin gluten, lactosa, colorantes ni conservantes. Cuando tomo las tostadas de pan las acompaño con una infusión sin teína para evitar la irritación del intestino. utilizo como edulcorante la Stevia, aunque vosotros podéis utilizar el azúcar panela, que está riquísimo.
 
- Almuerzo: aprovecho este momento a media mañana para tomar dos o tres piezas de una misma fruta. Evito las bajadas de tensión y de azúcar y permito a mi organismo proveerse de una buena cantidad de agua natural, azúcares y vitaminas.
 
- Comida: se compone de un plato principal acompañado de una buena ensalada de vegetales frescos. (Vuelvo a remitirme a los trabajos de Carlos Lacomba. Os recomiendo acudir a cualquiera de sus charlas sobre alimentación para aprender a preparar nutritivas y saludables ensaladas). Aquí es donde voy alternando, a lo largo de la semana, los diferentes alimentos. Por poneros un ejemplo: 1er día arroz, 2º carne, 3º mijo, 4º legumbres, 5º carne, 6º quinoa, 7º maíz (o amaranto, tapioca). Todos estos platos van acompañados de una buena cantidad de verduras, bien en guiso, hervidas, a modo de paella, al vapor, como ya veréis en algunas de mis recetas. Después, NUNCA tomo postre. Los médicos me recomendaron ingerir la fruta por separado. Según ellos, la fruta se digiere en un período de tiempo muy corto, pero cuando la ingerimos con otros alimentos, el azúcar de éstas fermenta produciendo grandes cantidades de gas, lo que nos genera malestar. A mi me ocurría cada día y eso unido al malestar por la ingesta del gluten hacía que tuviese unas digestiones terribles. Mucho antes de saber de mi intolerancia al gluten ya cambié el hábito de tomar postre y las frutas comenzaron a sentarme muchísimo mejor.
 
- Merienda: este es el segundo momento del día en el que vuelvo a ingerir un par de piezas de fruta, aunque he de decir que, dependiendo de la actividad que vaya a realizar por la tarde, suelo variar la ingesta de fruta y decantarme por algún crepe relleno de vegetales (zanahoria picada con cebolla, aguacate, lechuga y tomate, etc.). Sería el caso de las tardes en las que voy a realizar un deporte intenso.
 
- Cena: la cena es la comida más ligera que realizo al día puesto que, habitualmente, después de cenar no realizo ninguna actividad física importante. Suelo cenar dos horas antes de irme a la cama, para procurarme una noche de sueño reconfortante. (Solo tenéis que pensar en alguna ocasión en la que hayáis cenado más cantidad de lo normal y os habéis ido a dormir casi de inmediato. A mi me ocurría que no podía dormir y solía tener dolores de estómago o de vientre. Además, al día siguiente solía levantarme sin hambre.) Mi cena consiste en algún tipo de verdura al vapor o hervida, algún pescado al vapor, al horno o a la plancha o huevos con alguna verdura. De este modo voy alternando, por ejemplo: 1er día alcachofas, 2º pescado, 3º brócoli, 4º huevos, 5º judías con zanahorias, 6º col romanesco, 7º pescado.
 
Pues bien, podéis imaginaros la gran cantidad de combinaciones que podéis realizar, en función de vuestra jornada laboral o escolar. Así, una persona que trabaje de noche, no podrá cenar del mismo modo que yo lo hago, sino que deberá adaptar su dieta a la actividad que vaya a realizar. También podemos realizar ciertas excepciones, como en celebraciones, fines de semana, porque...si es cierto que para obtener beneficios es necesario ser riguroso con nuestra dieta y consumir productos de calidad, a nadie le viene mal salirse de la norma de vez en cuando.
 
Si además de todo lo que yo os he puesto podéis consumir cereales con gluten, vuestras posibilidades se amplían todavía más. A mi el médico, por mi particular situación de intolerancia, me prohibió ingerir gluten, pero, además, me dijo que siguiendo las investigaciones que están realizándose en el campo de la biología aplicada en nutrición,  se considerarían antinutrientes el gluten, la soja, la leche y sus derivados y el alcohol, por los efectos perniciosos que tienen para la salud. Yo no voy a juzgar estas afirmaciones puesto que no tengo los conocimientos científicos necesarios. Como siempre digo, lo mejor es experimentar cada uno en su propio organismo atendiendo a sus necesidades nutricionales y ver qué cosas son o no beneficiosas.
 
¡Seguro que, a partir de ahora, crearéis unos menús variados, equilibrados y riquísimos!
 

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