jueves, 15 de noviembre de 2018

CUIDA TUS DIENTES, CUIDA TU SALUD

Hace tiempo que vengo leyendo diferentes artículos con sus correspondientes referencias científicas acerca de la salud bucodental y cómo ésta influye en la salud  o puede ser el reflejo de ésta.
Esto es, la salud de nuestros dientes y boca puede estar dándonos pistas de aquello que necesitamos solventar a nivel interno o, puede influir directamente en ella.

Hay personas que padecen de caries, inflamación de encías, gingivitis, periodontitis, mal aliento, boca seca, llagas, papilas inflamadas, lengua blanca, encías oscuras, etc. Todo ello síntoma de una inflamación que puede ser local o general. 

A parte de las molestias que ello conlleva, de los problemas a nivel de relaciones sociales, estéticos, pérdida de piezas dentales y, por consiguiente, alteraciones en la musculatura facial que van a afectar a la estructura muscular y ósea de todo el cuerpo, las alteraciones y patologías de la boca determinan el bienestar de nuestro organismo.

En nuestra boca existen miles de bacterias, algunas beneficiosas y otras no tanto. Si las que predominan son las beneficiosas, tendremos una protección ante infecciones, podremos digerir adecuadamente los alimentos, absorber todos sus nutrientes y favorecer nuestra flora intestinal. Si por el contrario predominan las perjudiciales, tendremos digestiones peores, no aprovecharemos los nutrientes de los alimentos y daremos rienda suelta para que colonicen nuestros intestinos.

Y cómo saber si tenemos las bacterias perjudiciales acechando: pues porque nuestras encías estarán más rojas, nos sangrarán de manera espontánea o con el cepillado, tendremos mal aliento, boca seca o pastosa, papilas blancas, tendencia a aftas, caries entre otros síntomas.

Las bacterias de la boca pasan incluso al feto durante el embarazo y pueden influir en su correcto desarrollo, pasando a formar parte de la flora interna del bebé al nacer.

Sabemos que debemos acudir al dentista a realizarnos revisiones periódicas y que es imprescindible cepillarse los dientes después de cada comida, para evitar que los ácidos y bacterias perjudiciales se apoderen de nuestra salud bucal y general, pero nadie nos explica qué productos debemos utilizar o cómo influyen estos en dicho equilibrio.

Los últimos estudios científicos vierten sus resultados remarcando que las pastas dentífricas y colutorios son muy perjudiciales para la salud bucodental y que, lejos de ayudar a mantener el equilibrio, contribuyen a la inflamación de las encías, retraimiento y otras patologías.

Es el caso de pastas que contienen en sus ingredientes lauril éter sulfato de sodio -formador de espuma-; el formaldehído -conservante-; el triclosán -desinfectante-; y la clorhexidina - antibacteriano-.
Los estudios científicos han demostrado que estos productos son carcinógenos, alteran la flora, alteran el ADN y pueden producir mucha sintomatología variada en la salud buco-dental y, además, van cargados de disruptores endocrinos, conservantes, colorantes y microplásticos -que pos supuesto también van a parar al mar y consumen los peces que luego nos comemos-.

El caso es que cuando le preguntas sobre estos temas al dentista, suele callarse o decirte que no te puede ayudar. 

El flúor es otra de la sustancias utilizadas que parece ser beneficiosa en dosis muy bajas, pero cuando se utiliza en tratamientos de salud buco-dental puede tener efectos perjudiciales, según la ciencia.

Especial atención hay que dar a las pastas dentales infantiles, que suelen enmascarar su sabor con más ingredientes químicos dañinos y suelen ir enriquecidas en flúor.

Para el lavado de dientes infantil no es necesario utilizar pasta de dientes, puede ser suficiente cepillarlos con agua para eliminar los restos de comida; Eso sí, cepillándolos de manera adecuada y siguiendo la direccionalidad correcta, tanto niños como adultos, de lo contrario solo arrastraremos los restos de alimentos y bacterias de un lado a otro. 

Con todo, existen pastas dentales que pueden elaborarse de manera casera, con ingredientes muy baratos y protegiendo la salud buco-dental, como el aceite de coco, el té verde, el árbol de té y otros muchos que se pueden encontrar si investigáis un poco.

Pero no solo es necesario cuidar los productos que ponemos sobre nuestra boca, sino también tener unos hábitos saludables de masticación: masticar el alimento hasta que sea líquido y masticar los alimentos líquidos.

En casa utilizamos cepillos de materiales respetuosos con el medio, pasta casera, raspador de lengua para eliminar el mayor número de bacterias y colutorios de té verde.

Para el mal aliento, en caso de aparecer, masticamos hojas de menta, pero si aparece de forma persistente somos conscientes de la necesidad de una visita al dentista, más allá de la anual obligatoria y de la más que probable existencia de un problema a nivel digestivo.

También hemos eliminado azúcares y edulcorantes, cereales y harinas refinadas, procesados, bebidas azucaradas y muchos otros productos dañinos no solo para la salud bucodental- sino para la salud general. Consumimos mucha verdura poco cocinada para tener que masticar bien la fibra y fortalecer la musculatura facial, ayudando al buen mantenimiento de los dientes y nutriendo nuestra flora intestinal.

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