Una de las cosas más enriquecedoras, ilusionantes, apasionantes y divertidas que he empezado a hacer desde mi cambio en la alimentación es participar en cursos de cocina. A parte de disfrutar muchísimo y conocer gente nueva que comparte afición, ha padecido algo similar a mi o ha llevado a cabo un cambio hacia una alimentación más consciente y saludable, los cursos de cocina me han abierto un mundo de posibilidades riquísimas para elaborar diferentes platos de manera saludable y con ingredientes naturales, sin añadidos dañinos para la salud.
Sabéis, porque lo he comentado en otros posts, que he realizado cursos en el restaurante Miobio y ahora mismo estoy cursando el "Curso on-line helados veganos saludables" de la mano de Venu Sanz Chef.
Una de las cosas que más eché de menos durante el tratamiento el verano pasado fueron los helados, horchatas y demás placeres. Sabéis que hoy en día no tomo nada de azúcar, edulcorantes, siropes, etc. añadidos a mi alimentación, para mantener la flora intestinal equilibrada, junto con otras pautas, pero, de vez en cuando, de manera especial, ya sea para alguna celebración u ocasión que la merezca, me permito algún bocado más especial si cabe, porque ya cada día, cada plato es diferente y fantástico.
Con este curso estoy aprendiendo a elaborar helados caseros sin lácteos, azúcares refinados, grasas perjudiciales ni productos conservantes, colorantes o potenciadores del sabor. Y ¿sabéis qué? Que tal y como prometía Venu, la textura y el sabor son increíbles. Poder comerte un helado que has hecho con tus propias manos, con ilusión y cariño y que el resultado sea mejor que cualquier porquería de las que te puedes comer por ahí y que, por cierto, en su momento consideraba que estaban de vicio, no tiene precio. Ya no siento envidia, ni ganas de comerme un helado fuera de casa, cuando voy con mis amigos, con la familia o con quien sea, porque los helados que tomaba antes solo me saben a azúcar: bolas de nata con saborizante y cantidades enormes de azúcar refinado no son nada en comparación con estas delicias que estoy descubriendo.
Aquí os dejo una imagen para que vayáis abriendo paladar: helado de palo cremoso (por no citar ninguna marca en concreto) de stracciatella con cobertura de chocolate y almendras.
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