domingo, 4 de junio de 2017

NIÑ@S Y VERDURAS. ¿POR QUÉ NO LES GUSTAN?

Cada vez son más los niñ@s que no comen verduras o, si lo hacen, la cantidad es insignificante para asegurarles un estado de salud óptimo.

Sabemos que el consumo diario de frutas y verduras debe suponer el 70% de la ingesta diaria, siendo el consumo de verduras mayor que el de frutas. De éstas, debemos tratar de consumir una mayor cantidad de verduras crudas o poco cocinadas, de modo que conserven todas sus propiedades nutricionales y nos ayuden a mantener nuestro estado de salud.

Los niñ@s son especialmente reacios al consumo de verduras y frutas. Si bien podemos encontrar algunos, los menos, que disfrutan tomando fruta y verduras, pero, si eres padre o madre, abuelo o abuela, sabrás lo difícil que es conseguir que los peques las tomen y la de argucias que hay que llevar a cabo para enmascararlas y que las tomen de forma inconsciente.

Lo primero que hay que tener en cuenta es que los niñ@s nos aprenden a nosotr@s y que si no somos un buen modelo, es decir, si nosotros no consumimos delante de ellos dicha cantidad de fruta y verduras, difícilmente lo van a hacer ellos. Por eso es imprescindible comer/cenar en familia, todos juntos, no solo para ejercer de modelo alimenticio, sino también porque las comidas y cenas en familia, sin la televisión, tablets o demás dispositivos electrónicos, favorecen la conversación, el intercambio de experiencias vividas, fortalecen los vínculos de apego y asientan las bases de una confianza clave para el proceso madurativo de las nuevas generaciones, pero esto es un aspecto que no trataré en este post. Así pues, centrémonos en la parte nutricional.

Resulta paradógico observar como muchísimas familias colman a sus hij@s con dulces, helados, chucherías, desayunos con leche y cereales, yogures de sabores, yogures líquidos enriquecidos con bífidus, bollerías, productos procesados y refinados, postres, zumos industriales, galletas, etc y se quejan de que sus pequeñ@s no comen las verduras o frutas que tan importantes son para su alimentación.

Resulta paradógico también, ver cómo estas familias argumentan que llevar a sus niñ@s a ciertas hamburgueserías, pizzerías o restaurantes de cadenas fast food de vez en cuando, porque así lo marcan las modas, por fiestas de cumpleaños, por miedo a que sus niñ@s no se integren socialmente con el resto de amiguit@s, porque de vez en cuando no pasa nada, se quejen de que no comen frutas y verduras.

Veamos lo que pasa con el gusto de los más peques.

Para empezar, las papilas gustativas de los niñ@s son mucho más sensibles a los sabores que las nuestras, puesto que éstas todavía no han sido adulteradas, engañadas o adormecidas con la sobreeestimulación de sustancias aditivas en la alimentación, además de que, en la infancia, todos los sentidos están mucho más "frescos" que en la edad adulta. Un niñ@ va a sentir mucho más los sabores amargos, ácidos, dulces o salados y por tanto, va a ser más complicado que coma aquellos alimentos cuyo sabor no ha aprendido a apreciar.

Para que una persona aprecie la variedad de sabores y la importancia de todos ellos en la alimentación, para que sea capaz de disfrutar con cada uno de ellos, su sentido del gusto debe ser educado y esto es mucho mejor para la salud cuanto antes se trabaje en la vida. ¿Por qué? Porque si durante la infancia dejamos que los más pequeñ@s tomen mucho de lo que les gusta y poco de lo que no les gusta, sus papilas gustativas no estarán siendo educadas para tolerar los sabores que no gustan y, a medida que crezcan, será mucho más difícil conseguir que lo coman. 

¿Por qué ocurre esto?

Cuando damos a nuestros pequeñ@s productos procesados, azúcares o productos edulcorados o productos muy salados o con potenciadores del sabor, sus papilas gustativas se acostumbran a dicho estímulo. A medida que va pasando el tiempo, las papilas se van adormeciendo, de modo que necesitan más cantidad de estímulo para saborear bien los alimentos. así, poco a poco, un niñ@ va a querer tomar más dulces o cosas saladas, más productos con potenciadores del sabor que le ofrezcan esa sensación de satisfacción al paladar. Evidentemente, un niñ@ que está acostumbrado a comer dulces cada día, productos procesados, productos salados, etc. no va a gustar de comer frutas y verduras, las cuáles no tienen azúcar y sal añadidos ni potenciadores del sabor. Éstas no le van a saber a nada, en todo caso, notarán cierta amargor o acidez que no van a disfrutar y las rechazarán de forma sistemática, siendo cada vez más complicado hacerles comer alimentos básicos de calidad.

Todo este proceso sienta las bases de un deterioro de la salud a corto o largo plazo, pues su flora intestinal no va a constituirse con las bacterias adecuadas, haciéndoles cada vez más débiles, siendo más proclives a las infecciones, inflamaciones orgánicas, cambios de humor, falta de concentración, dificultades en el aprendizaje, conductas agresivas o hiperactividad, entre otras patologías. Por tanto, no me sirve de nada pensar que por una vez al día no pasa nada, puesto que educar las papilas gustativas requiere de un tiempo.

 Desintoxicar las papilas gustativas en un adulto puede llevar un proceso largo de meses, dependiendo de la alimentación previa que se haya llevado a cabo. Lo mismo va a ocurrir con los más pequeñ@s agravado el proceso porque su fuerza de voluntad y motivación no van a ser la misma que la nuestra y a que su carácter suele ser bastante inflexible. Ellos no van a entender la importancia de la alimentación en la salud hasta experimentarlo en su propio organismo con el paso de los años. Somos nosotr@s quienes debemos enseñárselo con paciencia, mimo y dedicación. y para ello, primero debemos ser conscientes nosotr@s mism@s.

Si quieres ofrecer lo mejor a tu hij@ y asegurarle un buen estado de salud en lo que se refiere a los parámetros que están en nuestras manos, tanto para el presente como para el futuro, es importante que comiences a darle una alimentación adecuada a su edad:

-  Los niñ@s no necesitan comer azúcar ni edulcorantes añadidos. El azúcar es muy perjudicial para la salud y origen de múltiples enfermedades, problemas de aprendizaje y conductuales. Es importante que solo tomen azúcar muy de vez en cuando, una vez cada 15 días o cada mes, relegándolo para ocasiones especiales. Por ello es recomendable que destierres del desayuno la leche, el cacao instantáneo y los cereales. Da lo mismo si son cereales comprados en herbolario y ecológicos, puesto que éstos también contienen aúcares añadidos. Es importante que elimines de su dieta los yogures de sabores, los postres de bolitas o cereales con yogur, los yogures líquidos enriquecidos con bífidus y los sustituyas, en todo caso, por un yogur de cabra ecológico y sin azucarar o edulcorar, es decir, ácido (aunque éstos deben tomarse también de manera esporádica). 

- Es importante que empieces a introducir la fruta en el desayuno, pero fruta fresca, de temporada, no en compotas industriales. La fruta supone un buen aporte de hidratos de carbono, vitaminas y minerales para comenzar la mañana

- Es imprescindible que introduzcas en su alimentación semillas y frutos secos que van a aportar grasas saludables y proteínas para su crecimiento. 

- Que tomen legumbres semanalmente, un mínimo de una ración y siempre elaboradas en casa, pues las que venden en supermercados convencionales suelen llevar añadidos para potenciar el sabor o conservantes no naturales.  

- Cereales integrales, para un buen aporte de hidratos de carbono de absorción lenta , minerales, vitaminas y fibra que alimente a las bacterias intestinales. Cereales de verdad, no copos de desayuno, bolitas, cereal hinchado, etc.

- Es imprescindible que introduzcas verduras crudas y semicocinadas en su dieta, a diario, sumando éstas el 70% de sus platos, para aportarles todos los minerales y vitaminas necesarios y evitar deficiencias nutricionales. 

- El pescado debe ser fresco, cuanto más pequeño mejor

- La carne ecológica, para evitar aquellas que contienen demasiada agua, productos de engorde, antibióticos y sustancias altamente tóxicas para el organismo. 

- Lo mismo ocurrirá con los huevos, siempre ecológicos, para evitar sustancias tóxicas y niveles de colesterol no deseados, para que mantengan todas sus propiedades y su calidad nutricional.

- Las frutas y verduras deben ser ecológicas, frescas y de temporada para evitar tóxicos y asegurar un sabor óptimo. Todos sabemos cuan insípidas son las frutas y verduras de ciertos supermercados, maduradas en cámaras. este tipo de frutas y verduras no van a gustar a los niñ@s puesto que no saben a nada. Es importante que sean de temporada, porque el organismo se satura al ingerir todo el año alimentos que no son propios de cierta época y puede acabar desarrollando intolerancias alimentarias y porque, además, los alimentos contienen los nutrientes necesarios para cada época del año.

- Los lácteos son prescindibles tras el período de lactancia. es decir, un niño, a partir de los 3 años de edad, no tiene necesidad nutricional de tomar lácteos y derivados, puesto que existen muchos aportes proteicos procedentes de otras fuentes y porque el calcio necesario para el crecimiento y el buen estado de los huesos podemos encontrarlo en mayor medida y con mayores niveles de asimilación en semillas como el sésamo, en frutos secos como la almendra (sin procesar), en algas o en las crucíferas. Pero si decides ofrecerle lácteos, es importante que sean de cabra, ecológicos y sin edulcorar, es decir, sin cacao instantáneo, miel, azúcar o cualquier otro añadido. (Estos productos deberían consumirse muy pero que muy esporádicamente)

- Ahora que se acerca el verano debemos tener especial cuidado. Los niñ@s y no tan niñ@s disfrutan tomando helados, pero ojo, los helados son productos altamente procesados, repletos de grasas nada saludables y azúcares o edulcorantes. Es una aberración que un niñ@ tome un helado cada día en estos días de verano, pues solo estaremos firmando  una sentencia para su salud. Si queremos que nuestros peques y nuestra familia disfrute de helados saludables se pueden hacer en casa, mucho más saludables y consumirlos con moderación: uno a la semana, por ejemplo. Un solo helado industrial es capaz de producir una cantidad importante de mucosidad en nuestro organismo, pero es difícil tomar conciencia de ello si no sabemos escuchar a nuestro organismo y, para ello, hace falta educarlo, entrenarlo y ofrecerle alimentos que de verdad nutran y den vitalidad y energía verdadera y duradera.

- Lo mismo ocurre con dulces, postres y bollerías. existen opciones saludables hechas en casa para tomar con moderación, un día a la semana o cada dos semanas, para asegurarnos un estado de salud óptimo.


Estoy segura que todos y cada uno de nosotr@s queremos lo mejor para nuestros peques y para nuestra familia, pero para ello no podemos echar la vista hacia otro lado y dejarnos llevar por la alimentación actual y la industria alimentaria, por la adicción que generan ciertas sustancias o productos. De ser así, estaremos consintiendo la mala salud de nuestra familia y dejando abiertas las puertas a múltiples enfermedades. La salud es algo que debemos trabajar desde pequeños y solo con conciencia, conocimiento, valor y voluntad podremos conseguir que nuestros niñ@s aprendan a comer de un modo saludable y puedan transmitir este conocimiento y éstos hábitos a las generaciones futuras.

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