A veces, la mente nos juega malas pasadas. Dejamos de controlarla y campa a sus anchas creando pensamientos al libre albedrío, alterando el orden y la paz interior. Puede que todavía tenga que aprender que no se trata de controlar sino de mostrarle el camino para que pueda transitar por él de un modo pacífico, dejarla andar, bailar, sentir, fluir con el devenir de la vida y disfrutar con cada tropiezo, con cada oportunidad de crecimiento.
Tras seis meses de tratamiento, de altibajos, sacando la parte más positiva de esta circunstancia, mimándome, cuidándome, tomando conciencia de cada poro de mi piel y aprendiendo a comunicarme con mi cuerpo, donde no todo ha sido un camino de rosas, donde cada día he luchado por seguir mejorando mi estado de salud fortaleciendo mi mente, es inevitable tener "días malos", sobre todo cuando el cuerpo no acompaña, cuando el cansancio te vence y no entiendes por qué sigue ahí, por qué aparece y desaparece, por qué te sienta mal la comida unas veces sí y otras no. Te cansas de "retenerte", de decir a muchos alimentos que no y mirar hacia otro lado, de medir cada semana cuántas veces puedo tomar uno u otro alimento, se agotan las ideas creativas para que el paladar esté contento y el organismo satisfecho, Pero, a pesar de todo ello, siempre encuentras las personas adecuadas que te insuflan esa carga de energía necesaria para seguir con ello y alcanzar tus metas. Siempre existe una explicación a todo lo que nos ocurre que tranquiliza la mente y el alma y te hace fuerte.
Los grandes profesionales que me están acompañando en este camino de aprendizaje no hacen sino aportarme esa energía y hacerme sabedora de que voy por el buen camino y que esto no es más que un año de renovación, de crecimiento, de aprendizaje. una oportunidad de hacerme más fuerte y servir de luz en el camino de todas aquellas personas con las que tengo el grandísimo honor de cruzarme en este baile.
Sé que hay muchas personas que atraviesan momentos complicados, tanto a nivel de salud, como física, mental y emocionalmente. momentos que cada uno vivencia acorde a sus circunstancias, pero quiero, desde aquí, deciros que tenéis en vuestra mente una gran energía, el mayor de los poderes que se os ha regalado, para mover piedras, islas, continentes y conseguir todo aquello que os propongáis. Buscad esa energía y proyectadla, visualizad aquello que queráis y poned todo vuestro empeño en ello, pues seguro alcanzaréis vuestra meta, llegaréis a esa puerta que abre un camino lleno de plenitud, alegría y satisfacción para con vosotros mismos.
¿Seguimos aprendiendo?
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